Cuba atraviesa una grave crisis energética, marcada por apagones prolongados que desde el 21 de octubre de 2024 han dejado a millones de personas sin electricidad. El colapso de la red eléctrica se ha agravado tras el paso del huracán Oscar, que afectó la costa oriental de la isla con intensas lluvias y fuertes vientos, complicando aún más los esfuerzos por restablecer el suministro.
El ministro de Energía, Vicente de la O Levy, ha prometido que la electricidad podría volver a gran parte del país en las próximas horas. Sin embargo, la incertidumbre persiste, ya que las principales plantas generadoras, ubicadas en la zona afectada por el huracán, han sufrido daños considerables. Desde el viernes, la red eléctrica ha colapsado en al menos tres ocasiones, lo que evidencia el deterioro de la infraestructura energética del país.
A medida que se prolongan los apagones, el malestar social crece. En barrios de La Habana y otras provincias, los ciudadanos han salido a las calles para manifestar su frustración. Protestas espontáneas, con el sonido de cacerolas y bloqueos de calles con basura, han surgido en zonas como Santo Suárez y San Miguel de Padrón, donde las carencias de alimentos, agua y medicinas se suman a la falta de electricidad.
El presidente Miguel Díaz-Canel, en un discurso televisado, advirtió que no se permitirán disturbios. Las fuerzas de seguridad han actuado rápidamente para dispersar las protestas, y organizaciones como Justicia 11J reportan al menos 28 manifestaciones en diferentes provincias del país desde que comenzó la crisis.
La situación es especialmente desesperada en las zonas más afectadas, donde las familias deben cocinar en fogatas improvisadas para evitar que los alimentos se descompongan en los refrigeradores sin funcionar. Además, la escasez de agua ha agravado el panorama, ya que las bombas que distribuyen el recurso dependen de la energía eléctrica. «Mi refrigerador está vacío y mi teléfono está muerto», relata Anabel González, residente de La Habana Vieja, mientras hace fila en una de las pocas panaderías abiertas.
Cuba ya venía sufriendo apagones rotativos durante el verano, pero la actual crisis energética es la peor desde el huracán Ian en 2022. El gobierno atribuye gran parte del problema a la falta de mantenimiento en las plantas termoeléctricas y a la escasez de combustible, exacerbada por el embargo comercial impuesto por Estados Unidos. Sin embargo, Washington ha negado cualquier responsabilidad en la situación actual.
Con el huracán Oscar debilitado pero aún afectando la isla, la incertidumbre sobre el regreso de la electricidad y los bienes esenciales mantiene a la población en vilo. Mientras tanto, los cubanos enfrentan su cuarta noche consecutiva de oscuridad y una creciente desesperación ante la falta de soluciones concretas.